miércoles, 2 de noviembre de 2011

Juan Miguel Salvador habla en nombre de los Carmelitas para “colgarse” una medalla política


“Los Carmelitas siempre han valorado las ayudas que condecimos desde el ayuntamiento”, ha dicho el que fuera alcalde socialista de Onda. Los Carmelitas nunca han elogiado su gestión con relación al museo de ciencias del Carmen
El personalismo con que Juan Miguel Salvador dirige el PSPV-PSOE y su afán de protagonismo va camino de rozar el ridículo. En la última nota enviada por los socialistas a los medios –la mandaron el lunes a todos los medios de comunicación—el que fuera alcalde de Onda y ahora portavoz socialista en la oposición llega a hablar en nombre de los Carmelitas para poder colgarse, al menos, una medalla política. “Los Carmelitas siempre han valorado las ayudas que condecimos desde el ayuntamiento”, reza textualmente la declaración de Juan Miguel Salvador en la nota de prensa de los socialistas.
      ¿No deberían ser los propios carmelitas quienes “valorase”, si lo considerasen oportuno, las ayudas recibidas por el ayuntamiento? ¿Deberían pensar los ondenses que si los Carmeltinas no lo hacen es porque, quizás, no estén tan contentos con el trato de los sucesivos ayuntamientos socialistas de Onda? ¿Si tiene que salir el propio Juan Miguel Salvador a decir que los Carmelitas sí han estado contentos con las ayudas recibidas por el ayuntamiento, ¿podría ser que lo hace porque no espera que ningún Carmelita lo haga?
      ¿Qué hay detrás de esa declaración del portavoz de los socialistas? Simplemente, que Juan Miguel Salvador es plenamente consciente del malestar de dicha orden religiosa por el desinterés de Enrique Navarro, primero, y de Juan Miguel Salvador, después, por ayudarles a resolver los problemas.
     De hecho, son muchas las veces que los carmelitas ofrecieron a los alcaldes socialistas la gestión del museo, para que pasase a manos municipales. Y, sin embargo, el PSOE prefería darles una subvención anual que, a la vista está, no cubría los costes. Tanto es así que de no haber encontrado un empresario privado, estaban dispuestos a cerrar el museo.

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