La pasada legislatura el equipo de Gobierno Popular del
ayuntamiento de Onda acordó la reforma de los vestuarios del campo de fútbol de
la Serratella y la implantación de césped artificial con las Directivas de los
clubes locales, programando, entre todas las partes, comenzar las mismas con la
antelación suficiente para que éstas terminarán en el mes de septiembre,
coincidiendo con el inicio de la temporada, evitando con ello que se pudiera
perjudicar el comienzo de la liga. Esta obra permitiría dedicar muchas más horas
de entrenamiento y poder ser utilizado, además, por más equipos de otras
categorías.
Pero lamentablemente para los intereses deportivos de los
equipos y clubes que utilizan esta infraestructura de propiedad municipal, las
elecciones comportaron un cambio de gobierno local y, con ello, otras
formas de gestionar y administrar los recursos públicos. Una de las primeras
medidas acordadas por el nuevo alcalde fue eliminar las obras previstas en el
campo de fútbol; pero ante las protestas y presiones de los afectados, el
alcalde reconsideró su decisión y aprobó varios meses después retomar la
inversión.
Esta caprichosa decisión ha supuesto que las obras acumularan
un retraso de cuatro meses desde la fecha prevista y acordada inicialmente, produciendo
el consiguiente perjuicio al buen desarrollo de la pretemporada y comienzo de
las ligas.
Además, pese a no introducir ningún cambio en las bases de
ejecución que habían sido elaboradas por los propios Técnicos Municipales,
incomprensiblemente, el nuevo gobierno, sí permitió priorizar que las obras
recayeran en una empresa de fuera de la ciudad, concretamente de Madrid,
excluyendo a las empresas locales. No
así las obras de los vestuarios que ya habían sido previamente adjudicadas por el
gobierno del PP a una empresa de Onda antes de las elecciones.
Lamentablemente, el cuatripartito, no sólo decidió paralizar
y retrasar las obras sino que además han permitido que el proyecto aprobado
anteriormente se encareciera en más de 28.000 euros, pues en noviembre
aprobaron una modificación del proyecto aumentado el coste inicial sin dar
ninguna explicación, pese a que las obras debían estar acabadas en septiembre
para no perjudicar a los deportistas y clubes que usan esta instalación.
Esta decisión de aplicar políticas de tierra quemada, de
paralizar para luego hacer creer a la sociedad ondense que han sido ellos los
promotores de la reforma del campo de fútbol, no sólo ha supuesto un perjuicio
para cientos de chavales que han visto como las obras se retrasaban hasta
cuatro meses sin poder utilizar el campo, sino que además han sufrido un
sobrecoste de más de 28.000 euros en el proyecto aprobado inicialmente.
Creemos que el cuatripartito, a través del alcalde o del
concejal de deportes, debería proporcionar las explicaciones pertinentes a los
ondenses y aclarar tantas incógnitas y decisiones tan poco comprensibles, así como explicar a qué se ha debido la pésima gestión llevada a cabo en estas obras que
han supuesto un sobrecoste de 28.000 euros.
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